Este territorio de la Navarra media tiene la fortuna de estar bien conectado con importantes bastiones históricos, además de estar rodeado por una naturaleza que nos ofrece momentos de desconexión y ocio en grupo. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo y conoce un entorno maravilloso para disfrutar (y cuidar)
Caminando podemos conocer Sada, el pueblo donde se encuentra nuestra querida Irigoienea, pero si ya lo has visto todo, a tan solo 10 minutos en coche hay otros lugares que no te dejarán indiferente. Hablamos del pueblo Aibar-Oibar con bodegas, parque de aventuras, iglesia en lo alto de la localidad y todos los servicios que puedas necesitar.
Además de los pueblitos que rodean Irigoienea, hay encantos culturales, gastronómicos y que cuentan la historia del territorio y del que han quedado innumerables monumentos de los que disfrutar.
Este parque de aventura bajo un viejo robledal y cuyas actividades se desarrollan en un hermoso bosque, te permite practicar el arborismo y tus dotes equilibristas desde lo alto. Las actividades se desarrollan por niveles, el de iniciación es de tipo familiar y el siguiente, para jóvenes y personas adultas.
Desde el emblemático Castillo de Javier hasta el Palacio Real de Olite, el territorio está repleto de monumentos que cuentan nuestra historia. Además, la naturaleza de los pueblos colindantes es de tipo medieval y de atalaya, que se puede observar en que se asientan sobre laderas de las montañas y ofrecen calles empedradas con mucho encanto que no te recomendamos perderte.
En las inmediaciones de Irigoienea contamos con la Bodega de Sada y con la Bodega Mendiko. Esta segunda ofrece vinos ecológicos, y en ambas se pueden hacer visitas con cata. Ya en Olite, capital de vino por excelencia, se encuentra la vinoteca ‘Reyna de copas’, cuyas experiencias traspasan lo gastronómico y te sumergen en la historia, el sabor y la degustación.